A todos nos tomó por sorpresa esta pandemia: emergencia sanitaria, aislamiento, cuarentena o del modo en que se decida llamarla; es tan desconocida, que todos la llamamos de manera diferente. Nos tomó por sorpresa y aun así se nos pide que la comprendamos, la entendamos y nos comportemos conforme a ella. ¡Difícil!, pero muchos hemos desarchivado de nuestro baúl cerebral, las conexiones que nos permiten adaptarnos para intentar mantener la cordura, soportar con esperanza y rogar porque todo esto pronto tenga final.
En medio de estas reflexiones, que ahora son más frecuentes, acerca de las situaciones de la vida, me encontré con una pregunta de mi hija mayor ¿mamá, por qué si no es permitido que los niños salgamos, veo a través de mi ventana niños en el parque y caminando en las calles sin sus padres? y agregó: “ayer los vecinos estaban solitos montando en bici…” corto su frase, ya tenía ese tono que los niños saben poner cuando piensan que han descubierto algo, pero quieren saber si como adultos lo sabemos… ante mi respuesta inmediata que fue tan solo un “mmm…” acompañado por un suspiro, ella decidió continuar “¿a los papás no les importa que se enfermen?, lo que vino después, es decir la respuesta que junto a mi esposo le dimos, es de lo cual hablaré en este escrito..
Creemos que la mayoría de los padres amamos a nuestros hijos, por sobre todas las cosas y ¡jamás! Querríamos que enfermaran, pero entonces ¿qué lleva a unos padres a exponer a sus hijos?, dejándolos salir al parque como si nada, o, ¿llevándolos al mercado?, y se nos ocurrió, que la respuesta puede estar en la ignorancia del gran potencial que tiene esta situación para el aprendizaje de vida en los niños, nosotros descubrimos estas enseñanzas:
Autocontrol: Los niños están aprendiendo que aun cuando en la vida se presente la posibilidad de actuar sin restricciones: probar todo lo que nos ofrecen, ir a todos los lugares a los que nos inviten y con quien nos invite; “No siempre hace bien”, que hay situaciones en que debemos controlar el impulso que nos haría arrojarnos a ellas sin pensar, meditar frente a las consecuencias que puede tener y a donde nos podría llevar.
Autocuidado: Nos han repetido en muchas formas, que la mayor parte de las medidas de protección para el virus depende de nuestro propio cuidado, debemos transmitir esto mismo a nuestros hijos, les servirá para cualquier momento de la vida en que tengan que tomar decisiones que beneficien la salud (¡dietas especiales, ejercicio, uso de elementos de protección, pasar un puente peatonal… quedarse en casa!).
Acatamiento de Normas: Aun cuando ya sabemos que nos quedamos en casa para mantener un distanciamiento que detenga la propagación del virus, también lo hacemos porque ¡es un mandato del gobierno nacional y local!, es nuestro deber ciudadano: ¡Obedecer! si desde hoy enseñamos a los niños algo tan sencillo como la convivencia en comunidad, el respeto por el otro, la obediencia de normas… tendremos menos delincuentes en el futuro.
El Valor de la familia: En medio de estas medidas de aislamiento nos están enseñando a compartir en familia, a conocernos más y aceptarnos con nuestras diferencias; los niños están conociendo cómo se comportan los padres en el trabajo, los padres conocemos como se comportan los niños con sus maestros, aprendemos como nos comportamos cuando nos sentimos aburridos, tristes, estresados y como lidiamos con eso… pero lo más importante estamos aprendiendo que solo podemos ser realmente auténticos con la familia, estamos comprendiendo el sentido de la expresión “núcleo” familiar, estamos entendiendo que ante cualquierdificultad… lo mejor es volver al “centro” al hogar, a la familia.
Ser flexibles: quienes ya hemos recorrido un tiempito en esta vida sabemos que en ella “todo no sale como lo planeamos”, los planes en la vida cambian en muchas ocasiones, y ¿qué hacemos?, pues seguir, ajustarnos y afrontarlo con la mejor actitud, los niños pueden entender que, aunque su plan cambie, no se pueden dejar vencer, ¡deben adaptarse y ganarle a las circunstancias!
“Un click, Los lleva lejos” No estaba en sus planes, pero sucedió: ¡Ahora estudian virtual!, aprenden, se divierten, interactúan, investigan, todo a través de un “click”, de esta manera están comprendiendo la posibilidad que ofrece el internet de aprender lo que les guste: clases de música, arte, deportes, inglés, estudios universitarios, especialización o maestrías, en cualquier lugar del mundo… “no es solo para jugar”.
Seguro que, en la dinámica de cada hogar, podrán descubrir algunas enseñanzas más… recordemos también que los padres enseñamos a través del ejemplo, así que, podemos tomar algunas de estas ideas y aplicarlas en nuestra vida, quizás dejaríamos de excusarnos en los niños, para expresar nuestra frustración o aún peor la incapacidad de encontrar opciones: “pobrecitos tienen que recibir sol”, “es que se aburren tanto”, “Que vayan a quemar energía”, …
Nosotros finalizamos aquella conversación con nuestras hijas, con la última reflexión que quisimos enseñarles de todo esto y cuyo propósito fue dejar en ellas la certeza de todo lo capaces que son…. al final dijimos: “Ustedes podrán contar: estuve por mucho tiempo sin salir de casa y lo logré… seguro puedo lograr lo que sea” y así será; ¡Los niños de la pandemia, serán los “Adultos exitosos”.